El 4 de agosto comienza la fiesta por excelencia de Vitoria-Gasteiz con el repique de las campanas de San Miguel y el tradicional «chupinazo» que a las seis en punto de la tarde anuncia el comienzo de las fiestas en honor de la Virgen Blanca, la patrona de la ciudad. La bajada del Celedón desde el campanario de San Miguel hasta un balcón de la Plaza de la Virgen Blanca da comienzo a la fiesta con el bullicio de miles de personas que se congregan en la Plaza de la Virgen Blanca.

A la una de la madrugada del día 10 de agosto «Celedón» se despide de la ciudad, volviendo a subir a la torre campanario de San Miguel entre fuegos artificiales y la tristeza de los asistentes.